- ¿Puedo entrar?
- No sé, no me animo.Te permitiría si tuviera la certeza de que no me vas a herir otra vez...
- Por supuesto que no. Sólo quiero entrar y estar contigo.
- La última vez me dijiste lo mismo y me lastimaste.
- No fue mi intención. Dejame entrar.
- Te abrí la puerta muchísimas veces y siempre te fuiste.
- Pero quiero volver, perdoname.
- Ya es tarde, todas mis puertas están cerradas. Perdí las llaves y no las quiero encontrar.
- Te necesito.
- Yo también te necesité y te fuiste cerrando la puerta trás de tí. Ya no más.
De este lado estoy segura. No quiero volver a llorar.
2 comentarios:
Cuesta, pero es mejor así,no?.Que preciosas esas puertas...Un beso
OK CON TU COMENTARIO. PERO ALGUNAS PUERTAS SON TENTADORAS
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