4/9/12

MI abuelo el Tato

Querido Tato:

Me encantaría tenerte cerca para abrazarte en este tu día y darte un beso en tu mejilla de piel oscura, curtida y con olor a tabaco.
Extraño tus bromas, tus picardías , tus cuentos y tus ocasionales ataques de rezongón.
Verte llegar  a casa con tu paso ágil y decidido en las visitas domingueras, era ya un motivo de alegría que me motivaba a aprontarme para salir de tu mano rumbo al Prado, donde con paciencia esperarías a que diera la vuelta a caballito  y comiera algodón de azúcar. o manzana caramelizada.
Me reía como loca cuando te veía comer gofio o cuando rompías la galleta marina (tenía que ser marina y no malteada) y la vertías en el tazón de café con leche para luego "pescarla" con la cuchara de sopa.
Me sentabas en tus rodillas para contarme historias de tus días como operario textil en la fábrica Campomar y en la Martínez Reina (te jactabas de haber hecho la frazada para la reina Isabel) y me enseñaste a hacer el nudo del tejedor, el que hasta el día de hoy uso para unir con firmeza dos hilos. Me relataste anécdotas de cuando fuiste conductor de tranvía y peluquero. Recuerdo que conservabas la filosa navaja y la chaira aunque vos no tenías mucha barba para cortar pues te autodenominabas lampiño.
Me llevabas al campito a buscar tréboles de cuatro hojas, mientras te fumabas un "armado" bajo la sombra de algún eucaliptus.
En secreto me dijiste que cuando nací, quisiste que mi nombre fuera Bárbara, pero la elección de mis padres primó y entonces, con los años, decidí que Bárbara sería mi seudónimo.
Te cuento que Bárbara se presentó a concursos de fotografía y de literatura y aunque no siempre ganó, si se enorgulleció de llevar ese lindo nombre.
Cuando se te daba por hacer algo fuera de lo común, como romper una pared para poder ver más cómodo la tele desde la cocina,  sacarte todos los dientes que te dolían menos los colmillos para poder comer carne, o pelarte la bocha como Kojak porque tus pocas plumas te molestaban...decías que estabas loco y yo te creía!
Lamentablemente, con el paso de los años, doña locura se instaló en tu mente y dejaste de ser el loco lindo que tantos años me acompañó, para pasar a ser prisionero de otro "loco alemán"  llamado Alzheimer que te fue alejando de tus queridos hasta que un 22 de setiembre te llevó, a los ochenta y tantos años de andar.
Te quiero Tato y me encanta saber que llevo en mi, parte de tu linda locura.


Feliz cumple viejo lindo!
Related Posts with Thumbnails