Sigo distendida en mis últimos días de vacaciones, disfrutando cada instante de todo lo que me rodea.
La luna siempre me atrapa, lo que no significa que viva en la luna o que sea una lunática...pero el hecho es que la luna tiene un no sé qué, que me obliga a mirarla.
Hoy les dejo estas imágenes. Espero que les gusten.
30/1/13
29/1/13
16/1/13
La payana vive y lucha!
Tengo claro que estamos en la era del play, wii, xbox entre muchos otros que seguramente desconozco; juegos en los que prima la habilidad de los pulgares y la visualización de una pantalla vertiginosa donde la mayoría de los temas son la violencia y la competitividad, en los que se escalan niveles descontroladamente, provocando estados de excitación increíbles, tanto en niños como en adultos.
También está claro que no soy de esta generación pro visual, vengo de la pro verbal y manipulativa, ergo: ya doblé el codo y pasé el medio siglo.
Es por eso que, si bien trato de aggiornarme , no quiero olvidarme de los juegos de ayer, de aquellos que me permitían interactuar con mis amigos y me ayudaban a desarrollar mis habilidades psicomotrices y lingüísticas al aire libre.
Uno de los que más me gustaba era LA PAYANA, esas simples cinco piedritas con las que hacíamos malabares en el aire y dominábamos con nuestros ojos y manos.
Les tengo una noticia: decidí reflotarla! Si no es para que jueguen los niños de hoy, bien puede ser para que jueguen los niños de ayer, nosotros.
Acá les dejo mi versión de LA PAYANA, es un producto que ideé durante el año sabático que tuve que tomarme forzosamente durante el tratamiento de quimioterapia. Aunque no lo crean, vendí más de 600 cajas!!!, principalmente a los abuelos que la pedían para mostrarles a sus nietos cómo se divertían de chicos. Todavía me quedan algunas.
Consta de:_cinco cantos rodados de diferentes colores
_ un block de anotaciones
_ un lápiz
_ un reglamento
¿Quieren?... o prefieren ir al patio a buscar en el pedregullo, a la playa a elegir entre los cantos rodados, o a la marmolería a pedir los sobrantes de los cortes?
Sea como sea, tienen al alcance de la mano la posibilidad de divertirse barato, como antes!
También está claro que no soy de esta generación pro visual, vengo de la pro verbal y manipulativa, ergo: ya doblé el codo y pasé el medio siglo.
Es por eso que, si bien trato de aggiornarme , no quiero olvidarme de los juegos de ayer, de aquellos que me permitían interactuar con mis amigos y me ayudaban a desarrollar mis habilidades psicomotrices y lingüísticas al aire libre.
Uno de los que más me gustaba era LA PAYANA, esas simples cinco piedritas con las que hacíamos malabares en el aire y dominábamos con nuestros ojos y manos.
Les tengo una noticia: decidí reflotarla! Si no es para que jueguen los niños de hoy, bien puede ser para que jueguen los niños de ayer, nosotros.
Acá les dejo mi versión de LA PAYANA, es un producto que ideé durante el año sabático que tuve que tomarme forzosamente durante el tratamiento de quimioterapia. Aunque no lo crean, vendí más de 600 cajas!!!, principalmente a los abuelos que la pedían para mostrarles a sus nietos cómo se divertían de chicos. Todavía me quedan algunas.
Consta de:_cinco cantos rodados de diferentes colores
_ un block de anotaciones
_ un lápiz
_ un reglamento
¿Quieren?... o prefieren ir al patio a buscar en el pedregullo, a la playa a elegir entre los cantos rodados, o a la marmolería a pedir los sobrantes de los cortes?
Sea como sea, tienen al alcance de la mano la posibilidad de divertirse barato, como antes!
VIDEO PARA RECORDAR COMO SE JUEGA:
https://www.facebook.com/Recordarse/videos/1238409012849924/
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12/1/13
VEO VEO… ¿QUÉ VES?
Los ojos
son una maquinaria perfecta que cuando
funciona bien permite conectar el mundo exterior con el interior cual límpida
ventana de cristal, tan transparente que permite que todo se vea tal cual es,
con nitidez absoluta.
Así tuve la dicha de ver durante los doce
primeros años de mi vida, sin ser realmente consciente de lo afortunada que
era.
Al ingresar
al liceo, me di cuenta de que mi agudeza visual ya no era la misma y tuve que
empezar a usar lentes para compensar el déficit.
Ingresé al
mundo de los miopes, “cuatrochis”, con la incomodidad que ello conlleva: cargar
todo el día con un accesorio que al final de la jornada parece pesar un quintal
sobre el caballete de la nariz y las orejas.
La molestia
(y la coquetería propia de la edad) fueron tales que rápidamente incursioné en
el uso de los novedosos (en aquellos días) “lentes de contacto duros” que al
principio se sentían como granos de arena en los ojos, para luego probar los “gas
permeables” y finalmente los “blandos”.
Fueron
estos últimos los que me permitieron volver a ver como antes y lo consideré un
milagro. Me adapté a tal punto que puedo afirmar que literalmente forman parte
de mí.
El tema es
que para ver bien, además de los lentes, se requiere de una serie de elementos que
en mi caso son: estuches, lentes de repuesto, líquidos limpiadores y gotas
humectantes que se suman a los artículos que no deben faltar en la cartera de
una dama (la cual cada vez pesa más!).
Pero los
lentes de contacto blandos no me libraron de los comunes de aumento pues de
noche, cuando descanso mis ojos, debo usarlos para no sentirme como Mr. Magoo.
El tema no
termina ahí. Los años pasan y a la miopía se le agrega la presbicia, lo que
implica la necesidad de usar otro par de lentes para ver de cerca, y de remate,
con el advenimiento de la computadora, me enteré de la existencia de los lentes
me mediana distancia. Así que, hasta el momento, ya llevo cuatro pares de
lentes en mi día a día.
Recapitulando:
de mañana, automáticamente me pongo lo de contacto para ver el mundo, cuando
estoy en la computadora agrego los de “mediana
distancia” y al leer o escribir uso los de “cerca”.
Todo esto sucede intramuros. Cuando salgo al
exterior, si hay sol, surge la incorporación al staff de los lentes oscuros. He aquí un nuevo problema:
leer de cerca, al sol.
Durante mucho
tiempo hice el ridículo interponiendo entre los lentes de contacto y los de sol
los de leer, lo que daba por resultado una imagen bastante absurda: escalinata
de cristales hasta llegar al mensaje escrito. Actualmente, gracias al hallazgo
de un maravilloso para de lentes de sol bifocales, puedo prescindir de la
ridiculez y logro hacer todo a la vez (ver el número de ómnibus, leer los
carteles de la calle, corroborar si el boleto es capicúa y leer los mensajes de texto del
celular).
Le cuento
que hace unos veinticinco años, en USA, un cirujano me propuso operarme la
miopía y no acepté. ¿Por qué? porque a mi entender (argumento absolutamente
personal), dicha operación cambia la mirada y para mí, la mirada es única,
personal y dice mucho de uno…y yo no quiero que la mía cambie. No tengo una
confirmación verificable de que esto sea así, sólo sé que a quienes conozco que se operaron,
les cambió la mirada.
Algunas
veces me he despertado dándome cuenta de que veía la agujas del reloj
despertador o la imagen del cuadro colgado en la pared y pensé: es un MILAGRO!!!
Pero rápidamente encontraba la explicación: me había olvidado de sacarme los
lentes al acostarme…
Me gustan
mis ojos aunque no vean bien. Ya asumí la carga de todos los accesorios
necesarios para compensar el déficit visual y los incorporé a mi diario vivir.
Los lentes son parte de mi vida y sin
ellos ando perdida.
- Veo,
veo
- ¿Qué
ves?
- - Veo un mundo lleno de colores, formas y movimiento, que me dan muchas ganas de vivir.
—
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ocurrencias
8/1/13
Cuestión de óptica...
Ya empezó el nuevo año y estoy dispuesta a vivirlo intensamente.
Seguramente me enfrentaré a muchas y diversas situaciones día a día; espero tener la sabiduría para ver a cada una de la manera correcta.
Hay veces en que lo que parece estar en primer plano, mirado de otra manera pasa a segundo y entonces se ve con claridad lo que uno realmente quiere ver.
¿Cuál es mi foco? Definido el mismo, el resultado será el perfecto.
Así andaré, rodando por la vida, tratando de mantenerme siempre bien enfocada.
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