Como todas las mañanas, Emilia y Ricardo, disfrutaban de un desayuno compartido con pancitos con grasa calentito y mate cocido, sentados en las mecedoras frente al ventanal que da al río.
— ¿ Viste viejo ?, hoy el agua está algo turbia e inquieta.
— Si, pero no hay ni una pizca de viento. ¿De dónde vendrá ese movimiento?
— Yo creo que los muchachos están de fiesta —comenta con cara pensativa Emilia.
—¿ Te parece ? , ¿ por qué ?.
—Y...vos anoche,.mientras caminábamos por la orilla del río, comentaste que no te quedaba carnada.
— Es verdad…y de remate, hoy Don Pedro, el vecino, no está porque me dijo que iba a visitar al hermano al pueblo, así que no me puede tirar con nada. Y por lo que puedo ver... no queda ni una mísera lombriz en la tierra, que dicho sea de paso está seca como pico de loro.
--¿no regaste ayer ? .
— Que de eso se encargue Dios. Yo tengo muchas cosas que hacer.
— ¿ Queda pan viejo ? — pregunta Ricardo mientras mira de reojo a los pancitos con grasa.
— Tampoco — captando las malas intenciones de su marido agrega: “ Y ni se te ocurra sacrificar los bizcochos.
— Quedate tranquila vieja, estos son para nosotros.
— Bueh, siguiendo con tu comentario de anoche, a mi me parece que las mojarritas respiraron profundo porque podrán seguir nadando sin preocupaciones y deben andar como locas jugando a las escondidas entre los juncos, mientras los bagres estarán agitando sus bigotes a todo vapor aprovechando que no se enredarán con la tanza ni se pincharán con el anzuelo.
— Entonces... visto y considerando que hoy no hay pesca en el río...—susurra Ricardo con picardía y mirada socarrona , continúa diciendo:-- y… dado que no hay mucho para hacer en el terreno....
— ¿Qué estás pensando ?Yo tengo que cocinar y lavar los pisos y.....
— Y... terminá ese mate y vamos a mirar el río desde la cama.
— Que de eso se encargue Dios. Yo tengo muchas cosas que hacer.
— ¿ Queda pan viejo ? — pregunta Ricardo mientras mira de reojo a los pancitos con grasa.
— Tampoco — captando las malas intenciones de su marido agrega: “ Y ni se te ocurra sacrificar los bizcochos.
— Quedate tranquila vieja, estos son para nosotros.
— Bueh, siguiendo con tu comentario de anoche, a mi me parece que las mojarritas respiraron profundo porque podrán seguir nadando sin preocupaciones y deben andar como locas jugando a las escondidas entre los juncos, mientras los bagres estarán agitando sus bigotes a todo vapor aprovechando que no se enredarán con la tanza ni se pincharán con el anzuelo.
— Entonces... visto y considerando que hoy no hay pesca en el río...—susurra Ricardo con picardía y mirada socarrona , continúa diciendo:-- y… dado que no hay mucho para hacer en el terreno....
— ¿Qué estás pensando ?Yo tengo que cocinar y lavar los pisos y.....
— Y... terminá ese mate y vamos a mirar el río desde la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario