Hoy en Uruguay miles de libros fueron liberados por todas partes. En bancos de plazas, en muros, en cabinas telefónicas, en cajeros automáticos, en bares, en los ómnibus y taxis, en cines, en teatros y muchos lugares más.
Fue una fiesta. Unos los dejaban y otros los encontraban.
Fue un evento contagioso que a todos gratificó muchísimo.
La idea se propagó y motivó a muchos a extenderla a cualquier día en cualquier lugar.
No era cuestión de deshacerse de un libro viejo que nos molestara, sino de elegir uno que nos gustara y quisiéramos compartir con un desconocido, que lo leerá y lo volverá a liberar y así llegará a muchas manos y vidas.
Linda experiencia, por eso la comparto!
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1 comentario:
Tenía la intención y el lugar, no habia elegido el libro... pero me faltó la memoria para llevarlo a la Floresta donde pensaba liberarlo.... será para la próxima fiesta !!
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